lunes, 5 de julio de 2010

¿Para que sirve el G-20?

Después de la última reunión del G-20 me preguntaba para que sirven las cumbres del grupo de países más industrializados y emergentes. ¿Que objetivo tienen? ¿Que acuerdo pretenden alcanzar?

La Confederación Sindical de CC.OO. ha calificado de "fracaso" la Cumbre del G20 de Toronto afirmando que el mundo no ha acordado una política global frente a la crisis.

Para CCOO, las conclusiones de la Cumbre del G20, celebrada en Toronto los días 26 y 27 de junio, son decepcionantes en todos los terrenos y ponen de manifiesto la incapacidad de este organismo para coordinar de una manera efectiva las políticas económicas de los países desarrollados y emergentes para hacer frente a la más grave crisis económica que el mundo ha padecido desde la Gran Depresión de la década de los treinta del pasado siglo. Además, ha incumplido flagrantemente los compromisos de anteriores cumbres y aprobando unas conclusiones vagas, imprecisas y contradictorias entre sí, los líderes mundiales han dejado al mundo sin una política coherente y global frente a la crisis.

Pero yo creo que han decidido mantener las cosas como estaban, han olvidado los cambios que propusieron cuando explotó la crisis. Algunos “intelectuales” aplauden que no se haya tomado ninguna decisión para que sean los mercados los que, sin interferencias, restañen sus heridas. Probablemente los mercados vuelvan a ganar dinero, pero las personas que han quedado por el camino no creo que puedan recuperarse.

Ahora las conclusiones del G-20 son decepcionantes para los trabajadores e ilusionantes para los mercados; son vagas, imprecisas e insuficientes para los trabajadores y, seguramente, serán satisfactorias para quienes manejan los hilos de la economía de casino que nos gobierna ¿alguna vez fue de otra manera?.

En fin, parece que los políticos han dimitido de sus obligaciones para con los más débiles, han dimitido de hacer una sociedad más justa en la que la economía este al servicio de las personas y no al revés. No nos queda más remedio que obligarles a cambiar. El sindicalismo internacional tiene una tremenda tarea por delante, espero que no dimita de sus obligaciones.

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