martes, 1 de febrero de 2011

Nuevos recortes para la I+D+i en los Presupuestos Generales del Estado para 2011.


La ministra de Ciencia e Innovación, Cristina Garmendia, aseguró el pasado 18 de enero en su comparecencia en el Senado que el presupuesto del MICINN para 2011 permite mantener “a plena capacidad todos los laboratorios de investigación, todos los proyectos en marcha y, por supuesto, todos los contratos de investigadores”. También afirmó que el presupuesto de su departamento para 2011 “muestra claramente la apuesta de este Gobierno por la ciencia y la innovación como motores del cambio de modelo productivo”.
El año pasado la revista Nature decía en su editorial que "España no debería utilizar la recesión como excusa para detener los planes para impulsar su actividad científica".
Este año muchos científicos temen que la crisis económica ofrezca una coartada perfecta para continuar imponiendo recortes y para justificar un mayor interés del Gobierno por el apoyo a la innovación en las empresas que por la investigación. Otros consideran que el Ministerio de Ciencia e Innovación es el segundo que menos recortes, en términos relativos, ha sufrido.
Pero los datos de la Ley de Presupuestos Generales del Estado para 2011 son elocuentes. Según en estudio realizado por CCOO, la previsión de gasto en todos los ministerios para I+D+i es de 8.494,36 millones de euros - el 0,79% del Producto Interior Bruto (PIB) previsto para 2011- lo que supone una reducción neta de sus recursos del 8,37% sobre el presupuesto aprobado en 2010. Se produce un recorte del 6,74% en los capítulos presupuestarios del 1 al 7 y un recorte del 9,6% en el capítulo 8.
Según la Ministra “los criterios de austeridad se han aplicado a los capítulos 1, 2 y 6 del Presupuesto del MICINN, es decir, a gastos internos que soportan la maquinaria administrativa del Departamento. Mientras, los capítulos 4, 7 y 8, destinados al fomento del sistema español de ciencia, tecnología e innovación, no han sufrido los recortes derivados del citado Plan de austeridad”.
Recordemos las características de cada capítulo del gasto y veamos, en la tabla siguiente, el recorte en cada uno de ellos: capítulo 1 gastos de personal; capítulo 2 gastos de materiales y suministros; capítulo 3 gastos financieros; capítulo 4 transferencias corrientes a OPIS, Universidades,...; capítulo 6 inversiones reales; capítulo 7 transferencias de capital (subvenciones) y capítulo 8 activos y pasivos financieros (concesión de prestamos, créditos,...).
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El citado estudio afirma que el gasto en I+D de la Administración General del Estado (AGE) se reduce desde el 0,4% del PIB en 2009 al 0,31% del PIB previsto para 2011. Pondremos algunos ejemplos de lo que puede suponer la reducción del gasto en determinados organismos de la AGE.
La reducción del 25% de los fondos del Programa CIBER (Centro de Investigación Biomédica en Red), puede suponer un recorte de entre 400 y 500 contratos de jóvenes investigadores.
El recorte del 62% en el capítulo de inversiones de Centro de Investigaciones Energéticas Medioambientales y Tecnológicas (CIEMAT) significa paralizar centros y actividades y afecta a más de 100 investigadores contratados, su recorte acumulado total desde 2009 alcanza el 26% de su presupuesto.
El recorte de más del 9% en el Fondo Nacional respecto a 2009 supone menos dinero, menos infraestructuras y menos becas y contratos de formación.
Los Organismos Públicos de Investigación (OPIS) experimentan un recorte medio del 6,2%, con una media acumulada del 19% respecto a 2009:
  • el Instituto Geológico y Minero de España (IGME) cae el 40% desde 2009;
  • el Instituto de Salud Carlos III, sufre un 9,7% de reducción y un 19% acumulado respecto a 2009. El recorte se aplica a todas las partidas de su presupuesto;
  • el recorte del 18% en el presupuesto del CSIC impide dotar su Plan Estratégico y vacía de contenido su nuevo estatus de Agencia Estatal.
Queda pendiente de analizar las cifras de gasto en I+D para 2011 vinculadas a las Universidades; pero viendo los presupuestos de las CCAA mucho nos tememos que los datos sean parecidos.
Por tanto, asistimos, como todos años, a la tradicional ceremonia de la confusión sobre los presupuestos; la señora Garmendia pretende convencernos de que no hay recorte, mientras que los datos muestran lo contrario. Esperemos que el debate sobre la ejecución del presupuesto sea más riguroso porque finalmente lo que más nos interesa es saber el dinero que realmente nos hemos gastado en I+D+i. No solo el que pone la administración sino también el que gasta el sector privado.
El sistema español de ciencia e innovación gastó en 2009 el 1,38% PIB; el 50,6 % fue gasto del sector público y el 43,4% gasto del sector privado (datos Eurostat). La Estrategia de Lisboa establecía como objetivo un gasto en I+D para 2010 del 3% del PIB, 1% PIB en gasto público y 2% PIB en gasto privado y la Estrategia 2020 mantiene ese objetivo.
Por tanto, necesitaríamos invertir un poco más en el sistema público (Universidades + OPIs) y muchísimo más en el ámbito empresarial.
En todo caso está claro que en nuestro país tanto la financiación pública como la privada son procíclicas. El gasto en I+D+i apenas avanza en los últimos años, en 2008 se situaba en el 1,35% del PIB español, un año después avanzó sólo hasta el 1,38% del PIB. La media de la Unión Europea ha pasado de un 1,92% sobre el PIB en 2008 a superar por primera vez el umbral del 2% en 2009.
No creo que así consolidemos el esfuerzo que necesitamos ni que la apuesta por el cambio productivo sea real.

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