sábado, 19 de marzo de 2011

La atención a la dependencia en Aragón funciona muy mal.

Dependencia_AragonHace algunos días escuchaba y leía una noticia que informaba de la posición relativa de Aragón en el desarrollo de la Ley de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a las Personas en Situación de Dependencia. El director general de Atención a la Dependencia del Gobierno de Aragón decía: “El 1 de febrero 2011, éramos la cuarta comunidad en personas atendidas en relación a la población y la tercera en calidad de atención".
Posiblemente las estadísticas respalden esa noticia, pero mi experiencia personal no. Éste último año he podido comprobar personalmente lo mal que funciona la atención de la dependencia en Aragón porque un familiar muy cercano con Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA) solicitó en el verano de 2010 a la administración autonómica que se realizase su valoración del grado y nivel de dependencia y ha fallecido sin que se concediese ninguna prestación ni servicio de los que reconoce la ley para quienes, como él, tienen el máximo grado de dependencia.
Desde la solicitud inicial presentamos varios escritos y realizamos varias reclamaciones verbales. Gracias a nuestra insistencia los propios funcionarios de la Consejería de Servicios Sociales y Familia nos facilitaron algunos trucos para intentar acelerar el proceso. Resulta sorprendente que estos trucos te los faciliten únicamente cuando protestas por el retraso injustificado de todo el procedimiento.
El consejo que nos dieron fue que solicitásemos la calificación de su grado de discapacidad (antes minusvalía) ante el Instituto Aragonés de Servicios Sociales que también depende de la Consejería de Servicios Sociales y Familia. El trámite citado se solventó rápidamente (un mes aproximadamente) con el reconocimiento de un gado de discapacidad del 98%.
Con ese reconocimiento de discapacidad enviamos un nuevo documento a la administración regional en el que le solicitábamos que URGENTEMENTE realizase la valoración correspondiente y se dictase la correspondiente resolución en la que se reconociese su dependencia y el derecho a percibir las prestaciones recogidas en la Ley para situaciones como la suya.
La valoración, es decir, la visita de los profesionales no se produjo; pero si recibimos una resolución en la que se reconocía su gran dependencia (grado III). Solo había que verlo, la ELA que padecía le ocasionaba una pérdida total de autonomía física y, por tanto, precisaba de la atención de otra u otras personas para realizar cualquier actividad básica de la vida diaria. Desde que lo levantaban hasta que lo acostaban, dependía totalmente de otra persona y durante la noche de una cama eléctrica que lo incorporaba y una máquina que lo ayudaba a respirar.
La enfermedad nos obligó a contar con cuidados profesionales permanentes que generaban unos gastos que no se podían satisfacer con su pensión. Si la familia no hubiese podido contribuir económicamente al mantenimiento de estos gastos la situación habría sido terrible o peor, ¿que habría pasado si no hubiese tenido familia? o ¿si su familia no hubiese podido afrontar los gastos?
La atención a la dependencia es, por ley, un derecho subjetivo de todas aquellas personas que, por edad o por su situación de discapacidad, necesitan atender necesidades básicas con ayuda de otras personas.  La Ley de Atención a la dependencia fue un avance muy importante en la equiparación de España con Europa.
La Ley debería irse aplicando de forma progresiva atendiendo primero a las personas con mayor nivel de dependencia hasta llegar a cubrir a todas las personas dependientes.  Estamos ya en el ecuador de la aplicación de la Ley, que se aprobó a finales de 2006, e inició su andadura en 2007.
Es lamentable que la realidad sea maquillada con estadísticas, datos oscuros, opacos y, a veces, inventados. Es imprescindible y urgente aplicar adecuadamente la ley de dependencia, todavía más en tiempos de crisis.
Hay que exigir a los políticos de Aragón y del resto de España compromiso político y presupuestario con las personas más débiles y más necesitadas. La atención a la Dependencia es un desastre en nuestro país y también lo es en Aragón a pesar de lo que digan las estadísticas.

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